En primer lugar hay que definir qué se considera tener éxito en esta vida. Tener éxito es haber alcanzado la calidad de vida que nos permita ir obteniendo nuestras metas y objetivos. Esta situación nos traerá como consecuencia una mayor cantidad de momentos felices, agradables y placenteros, que a su vez nos ayudará a ver positivamente nuestro futuro. El éxito no es la meta, es una condición de vida, un estado, es la actitud con la que vivimos. Tener éxito con los hijos, es transmitirles esta actitud, es contagiarles el modo positivo de ver la vida, es prepararlos para triunfar, esto les permitirá ir creciendo de manera exitosa.
Atención, el triunfo y el éxito no significa necesariamente la abundancia de dinero o riquezas, la bonanza económica tiene que ser consecuencia de hacer bien un trabajo, enseñar a nuestros hijos a realizar bien lo que hagan es parte del éxito. Si les enseñamos que el dinero es la meta o les comentamos que el dinero lo hará feliz, les estamos sembrando una gran mentira que los hará infelices por el resto de la vida.
DE GUATEMALA A GUATEPEOR
Esta frase grafica fielmente lo que nos está sucediendo con el tema de nuestros hijos. Probablemente tú seas de aquellos cuyos padres fueron estrictos y drásticos, entonces dijiste: “Cuando tenga mis hijos no voy a ser así”. Maritza se quejaba entre lágrimas, de la reacción de sus hijos, ya jóvenes y adolescentes, que le daban un trato muy osco, el tono de voz elevado y en algunos momentos insolente, llegando a faltarle el respeto en más de una ocasión. Ellos eran los que mandaban en casa, y si no se hacía lo que ellos querían, se armaban unos líos espantosos. Argumentaba que no entendía esta situación, ya que ella les había dado de todo, para que nada les falte y si querían algo lo tenían al instante, nunca les negó nada. Ella se había preocupado en cuidar que no hicieran nada más que estudiar, nada más. ¿Qué hizo mal? Lo que nos ha sucedido es que hemos invertido los valores, se nos ha volteado la tortilla; es así como la autoridad en la familia, se la hemos delegado a los hijos, por amor, en ese afán de caerles bien y ser su “pata”, en muchos de los casos son niños o niñas de menos de tres años que al paso del tiempo se van convirtiendo en unos tiranos, y cuando reaccionamos ya es demasiado tarde. Ya adultos, se las verán muy mal con la vida, ya que parte del fracaso es el engreimiento y el egoísmo, estos elementos ni lo harán feliz, ni lo ayudarán a triunfar.
NADIE NOS ENSEÑÓ
Las penas, las angustias, los miedos, los resentimientos y los problemas que vivimos, nos los han sembrado nuestros padres, tutores y/o maestros a lo largo de nuestra vida, especialmente en la infancia y adolescencia. ¿Pero, lo han hecho por malos? ¿Lo han hecho a propósito? ¡No! Les ha sucedido esto por pura y completa ignorancia. Nadie les enseñó a ser padres, ni a ser esposos. Y para completarla, esta historia se repite con nosotros. Lo peligroso de esta situación es que podemos continuar esta cadena con nuestros hijos, o ya lo estamos haciendo y no nos damos cuenta. Ya es hora de cambiar esta realidad, y la única manera es cortando la cadena con el conocimiento, tenemos que aprender a ser padres y esposos. No importa la edad que tengamos, ya que el hombre por naturaleza es perfectible, en otras palabras puede mejorar.
LAS LEYES DE LA VIDA
La naturaleza entera obedece leyes para su funcionamiento. Las piedras que no tienen vida, las plantas que no tienen movilidad propia, los animales que no tienen voluntad e inteligencia racional, todos obedecen leyes. El ser humano que tiene libertad, inteligencia desarrollada, voluntad propia, es el único que no obedece leyes. Porque no las conoce, en la mayoría de los casos; y en el resto, porque no quieren; su humanidad se está distorsionando y se rebela contra el orden natural.
Todos los juegos creados por el hombre, tienen reglas. Por ejemplo el ajedrez, tiene sus reglas y gana el juego el que las conoce todas y bien, además de practicarlas constantemente. La vida es como el juego, gana, triunfa el que conoce y practica sus leyes. Quieres un hijo triunfador, enséñale las reglas de la vida y que las practique.
PREPARAR TRIUNFADORES
Nuestra misión es formar seres humanos triunfadores y la manera más adecuada es preparándonos y haciendo una reingeniería en nosotros mismos, ya que en nuestra naturaleza está mejorar. El hombre ha sido diseñado para triunfar y ser exitoso en la vida, las mentiras que crecen en él son lo único que puede tumbarlo y alejarlo de su destino.
En Talentos y Talentosos ayudamos a las familias a conseguir este objetivo. Si desean conocer más sobre este tema visítenos.
Adrián Ojeda Flores aojeda@talentosytalentosos.org
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